El cambio de hora invierno 2021

Con la llegada del mes de octubre, justo cuando el frío empieza a asomar en la mayoría de regiones del país, una pregunta temática suele dominar los temas de conversación entre familiares, amigos y compañeros de trabajo: ¿cuándo es el cambio de hora de invierno? ¿Por qué se produce el cambio de hora en invierno? […]

Con la llegada del mes de octubre, justo cuando el frío empieza a asomar en la mayoría de regiones del país, una pregunta temática suele dominar los temas de conversación entre familiares, amigos y compañeros de trabajo: ¿cuándo es el cambio de hora de invierno? ¿Por qué se produce el cambio de hora en invierno? Y, quizás, la más demandada: ¿dormiré una hora de más o de menos?

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Cuándo es el cambio de hora invierno 2021

Pues bien, has llegado al sitio correcto para salir de dudas. Este 2021, tal y como viene siendo de costumbre cada año, el cambio de horario de invierno en España se hará efectivo el último fin de semana de octubre. Por tanto, durante la madrugada del sábado 25 al domingo 26, los relojes se retrasarán una hora. Es decir, que el domingo 26 de octubre a las 3h horas de la madrugada, en realidad serán las 2h, como si de un salto en el tiempo se tratase. En efecto, dormiremos una hora más, ya que el domingo posterior al cambio el día dispondrá de 25 horas… O bien podremos gastar esa hora de una forma más hedonista durante la noche.

Eso sí, a partir del domingo 26 de octubre, los días ya no volverán a ser como antes, debido a que éstos se volverán más cortos, por lo que la luz solar será menos evidente. En otras palabras: en cuanto la mayoría de españoles salgan de trabajar por la tarde, será mucho más oscuro, llegando a los límites del anochecer a partir de noviembre y los días serán mucho más cortos. Éste es uno de los efectos colaterales del cambio de nuestros relojes que tiene su explicación lógica.

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Por qué se produce el cambio de hora invierno 2021

Los libros de historia cuentan que fue Benjamin Franklin, uno de los fundadores de los Estados Unidos de América, el pionero de todo esto. Mientras trabajaba como embajador de E.E.U.U. en Francia en 1907, Franklin se dio cuenta de que el sol le despertaba antes de lo que estaba acostumbrado, alrededor de las 6 de la mañana. El político, también inventor y personaje culto e inteligente, se percató así de que el aceite que encendía su lámpara se podría utilizar menos durante el transcurso de la noche: el germen del cambio horario mundial había sido plantado. Ya en plena Primera Guerra Mundial, Alemania fue la primera en aplicar el cambio en los relojes, con el fin de gastar menos carbón. En la Segunda Guerra Mundial y la Crisis del Petróleo del 73-74, los Estados Unidos volvieron a modificar los relojes. Ambas decisiones ayudaron a que el resto de países industrializados abrazaran el nuevo huso horario a partir de 1974, en sintonía con la hora solar media de Greenwich, el famoso horario GMT.

La historia, por tanto, ya nos da una pista: de manera oficial, la razón del retraso horario tiene como objetivo reducir el consumo energético, coincidiendo el inicio de la jornada laboral con las horas de luz solar. Como toda medida que afecta el día a día de los ciudadanos, existen argumentos a favor variados, según quién lo cuenta y a qué colectivo afecta. En general, se refieren a cuestiones económicas (el citado ahorro energético) y psicológicas (alteración de los bioritmos). Pasemos a analizar caso por caso para que cada uno extraiga sus propias conclusiones:

  • El ahorro económico: en este aspecto, hay diversidad de cifras que avalan un impacto positivo y otras que lo cuestionan. La ciencia -y las estadísticas- no se ponen de acuerdo. Según cifras oficiales, el horario de verano permite un ahorro aproximado del 5% de la energía en España, unos 300 millones de euros. Pero grupos ecologistas ponen estos números en entredicho, defendiendo que son cifras estimadas y no contrastadas. La polémica, como casi siempre, está servida.
  • Alteraciones en nuestro cuerpo: los cambios de horario, tanto si se producen en otoño como en primavera, está demostrado que provocan modificaciones en nuestro organismo. Los síntomas suelen oscilar entre alteraciones en el sueño (que provoca un mayor cansancio del habitual), seguido de apatía e irritabilidad. Niños y ancianos son más propensos a sufrir estos ‘efectos colaterales‘ del cambio, pese a que también es cierto que los síntomas suelen ser pasajeros una vez el cuerpo se ha vuelto a acostumbrar al nuevo ritmo de vida.
  • España está en un huso horario incorrecto: salvo las Islas Canarias, todo el país se rige desde 1942 por la Hora Europea Central en lugar de la Occidental, un hecho que implica una hora de adelanto con respecto al sol en invierno y dos en verano, aproximadamente. Por tanto, el lío del cambio horario se magnifica. El ejemplo claro de Galicia nos saca de dudas: en la mayoría de municipios de dicha zona occidental española, el sol se pone a las 22h en verano y en invierno no sale hasta las 9h de la mañana. Esto ha provocado que algunas comunidades autónomas, como las Islas Baleares, hayan pedido al Gobierno no tocar sus relojes. Al parecer, otras voces alrededor de la nación se están sumando a la petición. La presión es cada vez mayor.

En cualquier caso, el cambio de hora debe su aplicación a una Directiva Comunitaria del año 2001 y, por consiguiente, es de obligado cumplimiento entre los veintisiete estados que componen la Unión Europea. Además, dicho cambio se impone de forma indefinida, ya que se considera que manipular el horario contribuye al buen funcionamiento de sectores como la industria, los transportes y las comunicaciones.

Sea como sea, este 2021 también estará marcado por un cambio de horario invernal, nos guste o no. Si bien es cierto que puede alterar nuestro día a día, debemos de valorar también en su justa medida la sensación de felicidad que nos invade cuando el cambio afecta a la inversa, en primavera, donde la luz nos invade y los días se tornan interminables. Eso sí, durmiendo una hora menos. Pero, ¿no nos vale la pena el esfuerzo?

Ah, muy importante, ¡recuerda!: activa en tus ordenadores personales y dispositivos móviles la opción ‘Zona horaria automática‘, para evitar sustos innecesarios y que el cambio horario se realice solo.

La comisión europea quiere eliminar el cambio de hora

La comisión europea lleva años detrás de conseguir que se elimine el cambio de hora. Este año ha emitido una propuesta para conseguirlo y desde febrero está llevando a cabo una investigación para evaluar los cambios que supondría mantener la misma hora en invierno y en verano. Según los resultados de la misma, el ahorro energético (principal motivo de mantener el cambio) es escaso y además, según una encuesta realizada el pasado julio, el 80% de los ciudadanos europeos está de acuerdo con eliminar el cambio de hora y mantener el mismo horario en verano y en invierno.

De momento, tenemos que esperar a la resolución pero si resultase favorable, cada país podría elegir su horario aunque desde la capital europea esperan llegar a un acuerdo entre todos los pertenecientes a la comunidad europea.

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