Los datos que nos llegan por parte del Banco de España indican que se ha recortado la previsión de crecimiento de la economía de España al 4.5% para 2023. Esto supone una reducción de un 0.9% de las estimaciones que se pensaron en el mes de diciembre. Al mismo tiempo, la tasa de inflación media ha subido desde el 3.7% hasta el 7.5% .
Todo parece indicar que la situación todavía se tiene que poner peor, antes de mejorar.
Sin embargo, el ahorro de los españoles no va por mal camino. Los datos del Banco de España apuntan a que se ha incrementado en 53.000 millones de euros en este último año (esto supone un 6% más), llegando a la cifra de 993.500 millones de euros.
Hay que tener en cuenta que el dinero guardado en la cuenta bancaria o el que está almacenado debajo del colchón se enfrenta a una elevada inflación, a la subida de los precios y a una posible recesión. Este conjunto de factores reduce el poder adquisitivo de los ahorradores.
Por fortuna, existen algunas fórmulas para rentabilizarlos, especialmente para momentos de crisis. Aquí van algunas ideas, partiendo del ahorro hasta pasando por la inversión.
Planificación a largo plazo: la mejor baza
Los datos que se manejan apuntan a que la mayor parte de los ahorros españoles están invertidos en la vivienda. Sin embargo, tan solo un 7.59% de los hogares tienen un fondo de inversión. Además, solo el 6,51% de los españoles tienen acciones en Bolsa.
Según la historia de la economía, las crisis siguen una tendencia cíclica y lo más habitual es que el mercado no tarde demasiado tiempo en recuperarse. Un error muy común es tomar la decisión de vender en el momento en el que todo el mundo lo va a hacer y hay pocos compradores; lo único que haremos es vender a precio de saldo a inversores que sabrán aprovechar la oportunidad. En otras palabras: acabaremos perdiendo dinero.
Los mercados siempre siguen una tendencia al alza, aunque hay que tener en cuenta que hay épocas y épocas.
Los expertos alertan sobre los peligros de dejar el dinero en la cuenta corriente. Aunque tengamos un sistema de ahorro automatizado, el dinero parado irá perdiendo capacidad adquisitiva (y lo hará a un ritmo todavía más rápido teniendo en cuenta la realidad actual). No invertir es tener asumido que vamos a perder. En este sentido te interesará saber qué es una cuenta de ahorro si todavía no lo sabes.
Cuando se invierte también se asume el riesgo de pérdida, pero también la posibilidad de ganar a largo plazo, en el momento en el que la inflación haya quedado muy atrás.
Invertir a corto plazo no es inteligente en los tiempos que corren, ya que es posible que terminemos perdiendo nuestro dinero.
El usuario que pretenda invertir ahora debe concebir a la inflación como un ladrón invisible que se quedará con tu dinero. Teniendo en cuenta lo mucho que nos ha costado acumular nuestros ahorros, no podemos evitar que pierdan valor a cada día que pase. La solución es invertir a largo plazo olvidándonos por un momento de la caída de los mercados.
Planes de pensiones o fondos de inversión: una opción para ganar más a cambio de asumir más riesgos
Las tasas de ahorro que proponen los bancos se encuentran por debajo de los tipos de interés y de la inflación, lo que ha provocado que los ahorradores busquen nuevas fórmulas.
Una interesante alternativa a la que cada vez más inversores están recurriendo es a los planes de pensiones o fondos de inversión. Con hacer una rápida investigación no tardaremos en encontrar fondos de inversión con una rentabilidad media anual de un 10%. Sin embargo, es importante contar con una cartera diversificada, ya que será la única manera de minimizar el riesgo.
Si nos decidimos a invertir desde ya mismo 100€ mensuales, con una rentabilidad del 7%, podríamos llegar a conseguir una alta rentabilidad de 175.000€ para nuestra jubilación (todo dependerá, claro está, del activo en el que se invierta, de la edad que tengamos, entre otros factores).
Para todos aquellos que quieran elevar su rentabilidad, pero no quieran afrontar riesgos demasiado elevados, la solución puede ser los ETFs o la renta variable.
Los ETFs (fondos cotizados) se considera un producto que se encuentra en un punto medio entre las acciones y los fondos de inversión. El principal propósito es replicar la rentabilidad asociada a un determinado índice. Hay muchas estrategias que podrían funcionar bastante bien en este sentido; por ejemplo, la inversión en ETF de las energías renovables
En definitiva, hay muchas fórmulas que podemos aplicar para sacar la máxima rentabilidad a nuestros ahorros. Es el momento de perder el miedo al riesgo y pensar que, teniendo los ahorros parados en el banco, estamos cometiendo grandes riesgos al perder valor adquisitivo.
Eso sí, infórmate antes de dar cualquier paso para evitar cualquier problema.