El precio del barril de Brent, de referencia en todo el mundo, ha pasado de 63,83 dólares en enero 2020 a 25,46 dólares, tan sólo tres meses después. Un descenso superior al 60% que ha tenido varios elementos motivadores de esta caída. ¿Por qué baja el precio del petróleo? Por muchos motivos pero, sobre todo, por uno: el coronavirus.
¿Por qué baja el precio del petróleo?
En enero de 2020 el barril de petróleo costaba 63,83 dólares; en febrero, su precio era de 55,70 dólares. Mientras, en marzo costaba 32,15 dólares y ya en abril de 2020 el precio marcaba un mínimo de 25,46 dólares. La gran pregunta que todos se hacen es, ¿por qué baja el precio del petróleo?
La realidad es que este precio no sufría una caída tan pronunciada desde 1991 en plena guerra de Kuwait. Por aquel entonces, las tropas de Estados Unidos realizaron un ataque aéreo a las tropas iraquíes desplazadas a Kuwait.
Obviamente, en este momento no ha habido guerras entre países, ni invasiones, ni ataques bélicos. en tal caso, ¿por qué baja el precio del petróleo? Pues por un hecho tan sencillo de la falta de demanda y, en este caso, el coronavirus es el culpable. No obstante, como en todo, hay una historia detrás y una cronología de los hechos.
Y es que, a la pregunta de por qué baja el precio del petróleo, no hay una sola respuesta válida.
Los motivos por los que baja el precio del petróleo
Los motivos por los que el precio del petróleo se ha desplomado comienzan en Arabia Saudí. El principal exportador de petróleo en todo el mundo comenzó una guerra de precios que derivó en una guerra interna en la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo), encabezada por la propia Arabia Saudí y Rusia.
La decisión de ambos países llegó después de que el barril de Brent bajara de los 30 dólares, allá por 2016. Desde ese momento, pasaron a formar parte de la llamada OPEP+ y recortaron el suministro en 2,1 millones de barriles al día.
De hecho, dese Arabia Saudí solicitaban que ese recorte aumentara a 3,6 millones de barriles, con el objetivo de contar con el consumo más débil. Vladimir Putin no aceptó, pensando que eso beneficiaría a los productores norteamericanos. Así, en abril de 2020 se iba a dar pie a una feroz guerra de precios que llevaba varios años gestándose.
Una guerra que, antes de la crisis del coronavirus, tenía a Estados Unidos como líder mundial en producción de petróleo con unos 13 millones de barriles al día. Cantidad a la que pretendía acercarse Arabia Saudí, con idea de elevar su producción hasta los 10 millones de barriles diarios.
El coronavirus desplomó el precio del petróleo
Antes de la llegada de la pandemia a todo el mundo y de la cuarentena de casi 5.000 millones de personas en todo el planeta, el barril de Brent estaba por encima de los 30 dólares. Tras el ciclón COVID-19, el precio cayó por debajo de 25 dólares, llegando a rozar los 21 dólares por momentos. Obviamente, el coronavirus desplomó el precio del petróleo
La pandemia ha paralizado por completo la actividad en gran parte de los países que lideran a nivel económico el planeta. Este frenazo en seco ha supuesto que la demanda de energía pase de todo a nada en cuestión de días, con las consecuencias que estamos comentando.
Un ejemplo claro es China, donde comenzó la pandemia, que es el principal importador de crudo de todo el mundo, con un consumo de 10 millones de barriles diarios.
Las industrias han cesado por completo su actividad, los vuelos de las compañías de todo el mundo se han cancelado y la pandemia ha saltado de Wuhan al planeta entero. Este hecho ha provocado que la previsión de la Agencia Internacional de Energía contemple una histórica contracción en la demanda, algo que no sucedía desde 2009, año después de la reciente y casi no superada crisis financiera global.
Así las cosas, ha quedado demostrado que el mundo no está preparado para dos crisis globales en poco más de una década, por mucho que una fuera financiera y otra haya sido sanitaria. Al final, la economía se resiente y ésta afecta a todo el mundo.
Países afectados por la bajada del precio del petróleo
Así las cosas, como se ha visto, habrá países afectados por la bajada del precio del petróleo, pero también los habrá que no tengan tanto problema por esta caída. De hecho, si se ignora por momentos la pandemia y se intuye el panorama bélico que se estaba montando entre los países de la OPEP, la guerra de precios que planteaban no era la solución para estabilizar el precio ante el eventual colapso que se avecinaba
De hecho, la situación habría derivado en que los principales países productores habrían perdido cuota de mercado, de una forma o de otra. Por un lado, Rusia saca pecho por su independencia y por basar sus presupuestos en una estimación de 40 dólares de media por barril al año, cuando éste lleva décadas por encima. Pero claro, las sanciones impuestas por Estados Unidos han afectado a su cuenta de resultados.
Por su parte, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y Kuwait son los países que producen un petróleo a más bajo costo. Se estima que el precio que les cuesta cada barril está entre 2 y 6 dólares de media. Así, los países del Golfo están en una posición privilegiada, pero el alto tren de vida de sus gobiernos y las tremendas ayudas que dan a los ciudadanos, les obligan a vender cada barril por encima de 70 dólares para obtener rentabilidad
¿Y qué pasa con Estados Unidos? Pues que se verá afectada por la bajada de precios, como primer productor mundial. Al final, sus cálculos seguro que estiman un barril muy por encima de los 20 o 30 dólares que ha rondado durante marzo y abril. De no mantenerse, supondría un duro golpe en sus cuentas. Y todo con unas elecciones presidenciales a la vista, el próximo mes de noviembre.
Mientras, países como Venezuela, Iraq, Irán o Libia, dependientes a todas luces del petróleo y sus ingresos, han visto lastrados sus beneficios por los últimos años de problemas bélicos, políticos, económicos y sociales. La bajada de precios no haría sino complicar más su situación.
Luego están los países beneficiados, en este caso, los grandes importadores de petróleo. Obviamente, China es el gran importador y el estado que se beneficiaría de esta bajada de precios. Alemania y La India estarían en la misma situación, pues la factura bajaría de forma considerable mientras estos precios se mantengan.
En el lado de los beneficiarios también aparecen los consumidores, quienes verían como el precio del carburante se reduce. Esto tendría un impacto casi inmediato en Estados Unidos, donde los mercados minoristas van más de la mano con la oferta y la demanda, ajustando sus precios a la situación casi en tiempo real. Con el Brent por los suelos, los precios del combustible pueden llegar a mínimos históricos.
Algo similar debería pasar en Europa, pero en el Viejo Continente, los impuestos suponen la mayor parte de la recaudación en los combustibles, por su alto nivel de contaminación. Así, a pesar de que el precio del barril esté por los suelos, el precio de gasolina y gasoil no bajará demasiado.
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