Puede que el concepto de Elasticidad de la Demanda ni te suene, pero si vas a montar un negocio o lo tienes, deberías saber cómo afecta a tus finanzas. Por tal motivo, te contamos qué es la Elasticidad de la Demanda y qué tipos puedes encontrar.
¿Qué es la Elasticidad de la Demanda?
Lo primero de todo es saber qué es la Elasticidad de la Demanda. Se trata de un término económico que sirve para controlar la capacidad de respuesta de un determinado producto a una variación en su precio. De hecho, también se la conoce como elasticidad-precio de la demanda.
En este caso, da igual si el precio sube o baja, lo importante es ver la reacción de ese producto ante la nueva realidad. Y para ello, se utiliza una fórmula concreta:
- Cambio porcentual en la cantidad de demanda, partido por el cambio porcentual del precio
Aunque parezca un concepto actual, la definición de qué es la Elasticidad de la Demanda está datada a mediados del siglo XIX. Fue el economista francés Auguste Cournot quien la describió como la cantidad de demanda de un bien que permanece constante en función de su precio. Por lógica se establece que si el precio de un producto baja, debería haber mayor demanda. Aunque no siempre se cumplan
Por lo general, que el precio de un elemento varía deriva en un efecto mínimo en la demanda de este producto. No obstante, todo depende del producto al que nos estemos refiriendo. Por ejemplo, si hablamos de un medicamento, la variación en su precio no le afectará porque quienes lo toman, deben seguir haciéndolo para estar sanos.
Obviamente, conociendo el mercado, es lógico pensar que hay varios tipos de Elasticidad de la Demanda
Tipos de Elasticidad de la Demanda
A la hora de establecer los tipos de Elasticidad de la Demanda, los expertos se basan en dos grandes tipos: demanda elástica o demanda inelástica. A partir de ellos, se establecen otros subgrupos más específicos. Estos son los tipos de Elasticidad de la Demanda
Demanda perfectamente inelástica
La demanda perfectamente inelástica es la que tiene lugar cuando una variación en el precio no altera en absoluto la cantidad demandada del producto. Es decir, la demanda es constante y, por tanto, EPD = 0
Demanda inelástica
La demanda inelástica establece que un cambio en el precio de un bien produce alguna alteración en la demanda pero es tan mínima que se estima insignificante. En este caso, 0 < EPD < 1
Demanda de elasticidad unitaria
Si el precio de un producto aumenta y la demanda baja, se dice que es una demanda de elasticidad unitaria. En tal caso, EPD = 1
Demanda elástica
Hablaríamos de demanda elástica cuando la variación en el precio de un producto tiene un efecto muy significativo en la reacción que tienen los consumidores. Así, EPD > 1
Demanda perfectamente inelástica
Por último, la demanda perfectamente elástica se establece cuando el producto tiene un precio concreto, que los consumidores adquieren la cantidad que estiman oportuna. Cuando el precio está por encima del marcado, la demanda se reduce a cero, mientras que por debajo es infinita.
Funcionamiento de la Elasticidad de la Demanda
Si la Elasticidad de la Demanda es superior a uno, esta demanda se denomina como elástica. Tan sencillo como que si el precio de las joyas baja, la cantidad demandada de las mismas aumenta.
Si lo ponemos en cifras, supondríamos que el precio de las joyas sube un 10% y las ventas se disparan a un 20% más de lo habitual. En tal caso, dividimos 20% entre -10% y el resultado sería -2, lo que supondría que la elasticidad tendría un valor absoluto de 2.
Obviamente, a la hora de analizar la variabilidad de la Elasticidad de la Demanda de un producto, hay que tener en cuenta varios elementos que conviene controlar:
- Necesidad del producto – Si es un bien de primera necesidad, es lógico que la Elasticidad de la Demanda sea inelástica. En el caso de productos de lujo, no necesarios para el día a día, esta Elasticidad de la Demanda será elástica, pues el incremento de los precios hará que se reduzca el número de consumidores.
- Sustitutivos del producto – La Elasticidad de la Demanda también dependerá de si el producto tiene otros similares que le puedan sustituir. De haberlos y ser de buena calidad, la Elasticidad de la Demanda tenderá a ser elástica, pues podremos cambiar uno por otro sin problema. Si por el contrario, no tenemos un producto para sustituirlo, la Elasticidad de la Demanda tiende a ser inelástica. Un ejemplo habitual en este sentido es la leche entera que, de no haber, se cambia por leche semidesnatada o desnatada.
- Periodo temporal – Otro elemento a tener en cuenta con la Elasticidad de la Demanda es que esa elasticidad suele aumentar a largo plazo, puesto que los consumidores reajustan sus comportamientos para adaptarse a la nueva situación y a los productos sustitutivos. Por ejemplo, si la gasolina sube, el consumo de algunos ciudadanos se puede reducir a corto plazo pero, con el paso del tiempo, deberá volver a usar el coche, por lo que se adaptará a la nueva situación y el nuevo precio
¿Cómo afecta la Elasticidad de la Demanda a mi negocio?
Obviamente, la Elasticidad de la Demanda afecta a los consumidores, pero muchos emprendedores se preguntan cómo afecta la Elasticidad de la Demanda a mi negocio. Está claro que conocer la Elasticidad de la Demanda es clave para cualquier negocio.
De hecho, los empresarios usan la Elasticidad de la Demanda para controlar su estrategia de mercado. Para ello debemos saber si lo que ofrecemos al cliente es elástico o inelástico. Así sabremos qué precios debemos establecer y cómo va a reaccionar el cliente ante cualquier cambio.
Por tal motivo, antes de tocar los precios, conviene analizar los elementos antes mencionados y ser conscientes del producto que vendemos. Todo es más sencillo con un ejemplo.
Si vendemos mecheros a 1 euro y estamos vendiendo 100 mecheros al día, el beneficio es de 100 euros. Si por cada mechero ganamos 25 céntimos, son 25 euros el beneficio neto.
En tal caso, si subimos el precio a 1,5 euros, aumentaría el beneficio a 75 céntimos, pero las ventas bajarían a 10 mecheros, por lo que el beneficio neto sería de 7,5 euros. Por el contrario, bajar el precio a 90 céntimos, dejaría un margen de 15 céntimos por mechero, pero supondría incrementar las ventas a 200 mecheros, alcanzando los 30 euros al día.