El 1 de enero de 2002 doce países de la Unión Europea comenzaron a utilizar la misma moneda -aunque durante unos años la moneda común convivió con las divisas nacionales, en los bolsillos de los ciudadanos y en los mostradores de precios de los supermercados- en uno de los pasos más ambiciosos en la dirección de crear un superestado europeo, proyecto que comenzó con la creación de la Comunidad Europea del Acero y el Carbón en un lejano 1952 por parte del Benelux, Alemania, Francia e Italia.
Pero aunque estas casi dos décadas de vida han ido conformando la segunda divisa más importante del mundo, tampoco han estado exentas de crisis, algunas de las cuales han sido de las más importantes en su clase y forman o formarán parte de los libros de historia.
Crisis de las subprime
Durante el 2007 comenzó a expandirse por los Estados Unidos una desconfianza crediticia centrada básicamente en las hipotecas subprime o basura -créditos con un riesgo de impago y un tipo de interés mayores de lo normal, muy típicos de la burbuja inmobiliaria- y como “cuando Estados Unidos estornuda el mundo se resfría”, esta justificada desconfianza terminó por pinchar años de crecimiento típico de las burbujas financieras -exponencial y sin base sólida- y provocando la consabida crisis; recesión, rescates estatales, déficit y primas de riesgo aumentando, auge de populismos a izquierda y derecha… y de paso poniendo al euro frente a su primer gran desafío en un período de vida muy corto.
Compartir moneda pero no fiscalidad sumado a una muy dispar disciplina fiscal en cada estado provocó que algunos países del sur de la eurozona tuvieran muy serios problemas para mantener el gasto público, elevando su prima de riesgo y por lo tanto el coste de emitir deuda y creando de esta forma un terrible círculo vicioso que estuvo a punto de llevar a la bancarrota a varios de ellos, quiebra evitada gracias rescates más o menos encubiertos por parte de las autoridades europeas, algo que tensionó la relación norte-sur y que puso de relieve lo frágil que todavía es la Unión. A pesar de ello el euro logró sus mejores marcas frente al dólar, llegando a costar un euro más de un dólar y medio.
Pandemia mundial en el siglo XXI
A finales del año 2019 se hizo público que una mutación de coronavirus aparentemente de origen animal había dado el salto al ser humano en un mercado chino, un año después el mundo se encuentra sometido a confinamientos perimetrales bastante estrictos y empieza a vislumbrar una crisis que dejará en pañales a la provocada por el crédito subprime. Además ha provocado una emisión de moneda tan alta por parte de algunos de los bancos centrales más grandes del mundo que valores refugio antiguos –la onza de oro– y nuevos -algunas criptomonedas- están viviendo uno de sus momentos más dulces.
Aunque esta vez el euro no muestra los mismos precios frente al dólar las autoridades económicas europeas ya han expresado su preocupación por lo barato de la divisa estadounidense frente a la europea, ya que puede ser el preludio a una carrera deflacionista, echando por tierra todo intento de aumentar la inflación en la zona euro. Y es que la forma de relacionarse de las divisas nacionales es fundamental a la hora de diseñar políticas económicas, e incluso son un mercado muy utilizado por todo tipo de inversores, el forex o mercado de intercambio de divisas.
El forex, un mercado billonario
El mercado de intercambio de divisas es por volumen de líquido movido cada día el mayor mercado del mundo, pero no solo es un instrumento de comercio internacional, ya que puede servir para esquivar la inflación si en nuestro país está desatada -cambiando moneda débil por moneda fuerte- para obtener beneficio cobrando tasas -como hacen bancos y casas de cambio- o incluso para tratar de ganar dinero mediante el trading de forex en la plataforma de un bróker online invirtiendo una cantidad de capital que no tiene que por qué ser muy alta, aunque se encuentre el riesgo en el apalancamiento, que hace que ganancias y pérdidas aumenten, y en la volatilidad de las divisas.
En la actualidad el par de forex que concentra la mayoría de las operaciones es el formado por el euro y por el dólar -EUR/USD- ya que estas dos divisas no solo se utilizan en Europa y en los Estados Unidos, sino en gran parte del mundo.