La Ley de la Segunda Oportunidad: qué es, requisitos y consecuencias

¿Nunca has oído hablar de la Ley de la Segunda Oportunidad? Pues deberías pues es el mecanismo que podría salvarte de una situación económica límite. Eso sí, se deben dar determinadas circunstancias para que esto ocurra. Si te parece, te contamos todo sobre La Ley de la Segunda Oportunidad: qué es, requisitos y consecuencias Aprobada […]

¿Nunca has oído hablar de la Ley de la Segunda Oportunidad? Pues deberías pues es el mecanismo que podría salvarte de una situación económica límite. Eso sí, se deben dar determinadas circunstancias para que esto ocurra. Si te parece, te contamos todo sobre La Ley de la Segunda Oportunidad: qué es, requisitos y consecuencias

Aprobada en 2015, es una Ley que se ha hecho a medida de ciudadanos y autónomos en quiebra financiera. Hasta entonces, sólo las empresas podían hacerlo. Así es La Ley de la Segunda Oportunidad: qué es, requisitos y consecuencias

Qué es la Ley de la Segunda Oportunidad

Lo primero es saber qué es la Ley de la Segunda Oportunidad. En este caso, hablamos de un proceso administrativo por el que una persona podría acogerse a la legislación para cancelar todas sus deudas. Obviamente, para hacerlo hay que cumplir una serie de requisitos que concretaremos más adelante.

La Ley de la Segunda Oportunidad es una normativa a la que pueden acogerse tanto ciudadanos particulares como autónomos. El objetivo es ayudarles a superar una situación económica asfixiante que pasaría por dos fases.

  • Renegociación de la deuda – La primera, negociar con los acreedores unas condiciones más flexibles de la deuda. En este caso, adaptándolas a las posibilidades financieras del deudor
  • BEPI – La segunda, como último recurso y acogiéndose a la Ley de la Segunda Oportunidad, cancelar las deudas por completo. Es lo que se conoce como el Beneficio de la Exoneración del Pasivo Insatisfecho (BEPI), que supondría la cancelación de toda o parte de la deuda.

A pesar de no ser demasiado conocido, este procedimiento se regula por la Ley 25/2015 (publicado en el BOE el 29 de julio de 2015), es decir, lleva más de un lustro vigente. De hecho, en otros muchos países de Europa y en Estados Unidos, es una normativa que se usa de forma habitual. En España, la más reconocida es la Ley Concursal, por ser la que aplican las empresas con problemas financieros.

No obstante, la Ley de la Segunda Oportunidad se adapta mejor a ciudadanos y autónomos. De hecho, hasta la aprobación de esta normativa, sólo las empresas podían declararse legalmente en bancarrota.

Aunque cueste creerlo, el objetivo de esta Ley de la Segunda Oportunidad busca salvar, en tanto sea posible, el cobro de los acreedores. Y es que la máxima es sencilla, mejor cobrar parte que no cobrar nada, por lo que a esta normativa se le da carácter social y financiero.

Así, tanto ciudadanos como autónomos que estén en quiebra financiera, tienen opción de rehacer sus finanzas mediante este sistema. Ni que decir tiene que quieres quieran acogerse a la Ley de la Segunda Oportunidad, deben cumplir una serie de requisitos que serán comprobados con lupa. Además, su historia crediticio debe ser intachable

Requisitos de la Ley de la Segunda Oportunidad

Como hemos comentado, los requisitos de la Ley de la Segunda Oportunidad son muy concretos y se miran al detalle antes de dar el visto bueno al deudor. Los requisitos buscan que la Ley de la Segunda Oportunidad sea vista como un elemento de ayuda a quien ha cumplido con sus obligaciones pero ha pasado un bache económico. Ni mucho menos es una normativa que permita a nadie librarse de sus pagos de forma impune.

Así las cosas, estos son los requisitos de la Ley de la Segunda Oportunidad

  • Historial crediticio – Es lo primero que se tiene en cuenta del deudor. Si pagó mientras tenía posibilidad, seguirá con opciones de acogerse a la Ley de la Segunda Oportunidad.
  • Sin patrimonio – Es imprescindible demostrar que no se tiene patrimonio para hacer frente a las deudas contraídas
  • 5 millones de euros – La deuda no puede superar los 5 millones de euros
  • Sin delitos – El deudor no debe haber sido condenado por delitos económicos o sociales
  • Concurso – El deudor no debe ser objeto de un concurso palpable
  • Solución extrajudicial – Antes de pedir la Ley de la Segunda Oportunidad, el deudor debe haber intentado una solución extrajudicial con sus acreedores
  • No frustrar opciones de pago – El deudor no puede haber rechazado ofertas de trabajo adecuadas a sus capacidades en los últimos cuatro años
  • No repetir petición – El deudor no debe hacer acudido al BEPI en los últimos 10 años
  • 25% de deuda – Se exige que se haya pagado un cuarto de la deuda de créditos ordinarios o, al menos, haber intentado pagarlos.

Así, con los requisitos cumplidos, se procede a vender los bienes y activos del deudor, salvo los necesarios para desarrollar su actividad profesional. Una vez liquidados, se procede a la exoneración o cancelación de la deuda en el juzgado.

Consecuencias de la Ley de la Segunda Oportunidad

Por último, toca ver cuáles son las consecuencias de la Ley de la Segunda Oportunidad, en qué deriva su aplicación y cómo queda la situación del deudor beneficiado.

Así, cuando el ciudadano o autónomo ha solventado la situación de bloqueo económico, cancelando o exonerando las deudas, toca rehacer su día a día económico. Ahí es donde entran las consecuencias de la Ley de la Segunda Oportunidad

  • Nueva vida – Es la consecuencia más importante. El deudor puede rehacer su vida, dejar atrás las deudas, los agobios y la situación crítica para empezar de cero y arrancar una nueva vida. Además, esta nueva vida arranca, tal y como estipula la Ley de la Segunda Oportunidad, con su patrimonio presente y futuro intacto. En este caso, los más relevantes son la casa y la nómina, aunque también el vehículo en caso de usarlo para el trabajo.
  • Financiación – A partir de ese momento, el deudor es apto para volver a solicitar financiación de futuros proyectos.
  • Lista de morosos – Otra consecuencia imprescindible es que el nombre del deudor desaparece, de forma automática, de las listas de morosos. Se trata de un requisito imprescindible para solicitar financiación, incluso para tener una cuenta bancaria a su nombre.
  • Crédito – El banco también levanta la mano y vuelve a otorgar al deudor la posibilidad de usar tarjetas de crédito.

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